En este post vamos a seguir tratando el tema de las «experiencias», mejor dicho, del «internet de las experiencias», ésto, aseguran importante pensadores, «va a cambiar el mundo».
«UNA COSA ES SEGURA, Y ES QUE ESTA TRANSFORMACIÓN DIGITAL CAMBIARÁ EL IMPACTO Y LA PROFUNDIDAD DE LAS EXPERIENCIAS PERSONALES.»
«QUE TODO ESTÉ CONECTADO SIGNIFICA QUE TENDREMOS QUE ELIMINAR UN MONTÓN DE ÁREAS ESTANCAS.»
Os invito a leer el artículo de Laura Wilder publicado el el Compass Magazine: «Mas allá del internet de las cosas» y dejar vuestros comentarios.
Gestión de Ventas 
Es comprensible el internet de las cosas, que es pura tecnología, y te ayuda a tomar decisiones y facilitarte la vida. Pero en mi humilde comprensión de las cosas y sin hacer menosprecio de los señores que se comunican con un árbol, creo que ese internet de la experiencia es una pura manipulación de nuestra inteligencia. A los árboles se les puede controlar todos los parámetros que hoy en día son analizables y puedo entender que se entre en una web de un ayuntamiento a ver su estado, pero que le envíe un correo electrónico y me responda que está malito me resulta sorprendente. Aunque también creo que abrir la nevera y que te responda ¡Hola Mrs Robinson, te has tomado una cerveza esta mañana. HOY YA NO PUEDES BEBER MAS! Me parece escalofriante.
Creo que la tecnología está para mejorar nuestra calidad de vida, pero cuando se pasa de la mejora al control del mundo feliz, del que tanto se ha escrito y películas se han hecho, hay un tramo importante y prefiero creer que pienso yo mismo a que lo haga una corporación dispuesta a mejorar mi calidad de vida.
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Está claro que de una forma o de otra las nuevas tecnologías e internet concretamente alteran nuestra forma de relacionarse y percibir el mundo. Este paso del internet de las cosas hacía el internet de las experiencias puede llevarnos a enriquecer nuestras vivencias, si bien el peligro de separar la realidad como la conocemos de la realidad mixta puede ser algo peligroso con lo que manejarse.
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«Que todo esté conectado significa que tendremos que eliminar un montón de áreas estancas» de John Blyler, es positivo desarrollar un bienestar personal y social en el que podamos tener la máxima información posible que nos ayude a maximizar y no a minimizar experiencias del entorno, de los objetos, de los otros, todo aquello que es nuevo y que no ha condicionado nuestra forma de vida negativamente tiende a crecer y desarrollarse hasta encontrar los límites escritos en clave de insatisfacción personal o social.
Una información permanente en tiempo real de todos los objetos, bienes o servicios con los que nos manejamos a diario puede crear problemas, puede suponer un lastre para el cambio, incluso una insatisfacción profunda si una báscula, el ordenador o el suelo sean capaces de arrojar información sobre lo que hemos envejecido en estos últimos años, inexorable por otra parte, o nuestra disminución del rendimiento laboral debido al envejecimiento y además comunicárselo a la sociedad a través de información acumulada en la base de datos multicanal de nuestra ciudad, nuestro país o nuestro mundo….
Mientras podamos disfrutar del IoT y tener experiencias positivas gracias a ese internet de las experiencias respetando las estas limitaciones tendremos una sociedad del bienestar mejorada.
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Lo único personal e intransferible de un individuo, es su capacidad para decidir, con este sistema pienso que esa capacidad de decisión se pierde, siempre haremos lo que las máquinas piensan que es lo más adecuado para cada uno de nosotros, por tanto perderemos lo único que tenemos propio.
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… «Gracias al Internet de las cosas se pueden digitalizar las experiencias, y todo lo que se puede digitalizar, se puede personalizar. Esto es fundamental, puesto que, por definición, cada experiencia es personal.»… Albert Boswijk.
La tecnología intuitiva permite en la actualidad (y en continuo desarrollo) personalizar las experiencias a los patrones del comportamiento del consumidor adaptándolo a sus gustos y necesidades, incluso anticipándose a ellas. (Ej. Amazon, entre otros, hace sugerencias intuitivas sobre los gustos de sus clientes en base a búsquedas anteriores en géneros de películas o series, ofreciendo o recomendando a sus clientes productos/servicios tan adaptado a sus gustos y necesidades que parce casi irreal que lo haga el propio sistema).
Mi juicio de valor en este sentido, es que estamos dejando en manos de determinadas bases de datos (Internet de las experiencias e IoT) buena parte de nuestro “LIBRE ALBEDRIO” (potestad que el ser humano tiene de obrar según considere y elija), dando a conocer demasiada información sobre nosotros como nuestras actitudes, edad, peso, sexo, necesidades, gustos… a “Tools” -cosas- (pues ni siquiera sabemos quién los maneja) para que puedan crear o anticipar decisiones por nosotros.
Puede que, de seguir así, llegue un momento que muchas personas quieran que se lo den todo hecho, incluso lo que nos apetece consumir hoy para almorzar (¡¡si es que nos deja!! o nos lo tenemos que ganar pedaleando 15 minutos…).
Si las experiencias positivas son cuidadas y respetuosas, sin exceder de éticamente correcto en el uso de la información, podremos disfrutar de todas sus ventajas, pero si se usa sin control (para eso están la Leyes) habrá que proceder a crear nuevas medidas jurídicas que se adapten a estas situaciones y poner nuevo limites de contención.
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Pienso que estamos creciendo en este mundo a un ritmo acelerado, cada año que pasa las tecnologías avanzan mucho más y las empresas están obligadas a adpaptarse para ofrecer una experiencia acorde con el nivel de exigencia por parte de los clientes
El IOT,como la gran mayoría de los avances tecnológicos, el objetivo que pretende alcanzar esta tecnología es hacer más cómodas nuestras vidas así como proporcionar una mayor seguridad en diversos ámbitos.
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Me ha sorprendido el articulo ya que en clase nos han demostrado que cada vez es más importante la creación de experiencias en los bienes y en los servicios, pero no tenía conocimientos de estos grandes avances en el mundo de las experiencias y menos en el mundo de Internet, como las empresas se fijan objetivos de seguir innovando sus creaciones y sus aportaciones de la experiencia a sus usuarios. Ya no es tan importante ser el mejor, sino aportar la mejor experiencia a través de Internet.
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El internet de las cosas debe de estar en relacion con el Internet de las experiencias,debido a que gracias a Internet hay cada vez mas productos y mas dvariabilidad, el producto se vuelve cada vez mas personal por lo que considero que es muy importante conocer al cliente, con el objetivo de que tenga una experiencia de por vida sobre nuestro producto, debemos de dejarle huella y que nos recuerde de por vida.
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Las empresas tienen como nueva disciplina la experiencia, así como todo lo que deriva.
Actualmente se plantea que cada objeto puede tener «Internet» y así poder comunicarse de manera remota e «indicar que le duele», pudiéndose anticipar a las necesideades del usuarios.
Quieren ir más allá y las empresas que utilizan IoT, intercomunican lo que sucede en una aplicación y se lo comunica a otra.
Estamos siempre conectados para poder compartir nuestras experiencias, el móvil, sus aplicaciones interactuan entre ellas y con otros dispositivos.
Me parece un gran avance y muy interesante ver todo como evoluciona.
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Tras leer éste artículo me he puesto a reflexionar, primero en lo impresionantemente rápido que se desarrolla el mercado de la tecnología aplicado a la vida doméstica y social. De primeras todo suena muy cómodo, sobretodo para el supuesto consumidor/usuario de tales avances. Personalmente no llego a entender la utilidad de comunicarse con un árbol para conocer sus necesidades. Me explico; si nos educan desde niños a cuidar el medioambiente y demás sistemas anticontaminación, y claro, lo vivimos de acuerdo a tales enseñanzas, esos árboles y el resto del planeta se conservarían en mejores condiciones.
Por otra parte creo que es súper útil recibir una ayuda extra para mejorar situaciones cómo las de un tráfico denso gracias a una buena redirección en las autovías. En este tema creo que aportaría buenas experiencias y por ende, el éxito de las empresas desarrolladoras.
Por el contrario creo que la empresa Withings ofrece servicios que yo percibo tanto originales como peligrosos para ese bienestar que contradictoriamente se tratar alcanzar. Un ejemplo que me apoyaría muy bien es el desarrollado en la película de Pixar, Wall-e (https://www.youtube.com/watch?v=PNlQLVkniHE). Dicha película nos muestra como puede acabar esta sociedad que exige experiencias satisfactorias e inmediatas, procurando reducir los pequeños esfuerzos naturales de la vida cotidiana. Tanta ayuda, tan poca vida real para ese cliente, ¿tendrá buenas consecuencias en el futuro? ¿»todo vale» por conseguir buena fama en la mente de esos consumidores?
Creo que la pregunta que debemos hacernos como futuros empresarios es «¿Qué es lo que necesita mi cliente?», y no: «¿Qué es lo que me compraría mi cliente?». Porque ambas preguntas se parecen mucho, pero en esencia son completamente diferentes.
Lo que he aprendido tras la lectura del artículo es que nuestra misión es que el cliente se marche con una buena experiencia de nuestra empresa, pero que eso no suponga «deteriorar» las capacidades físicas, mentales o sociales de dicho cliente por el simple hecho de que tanta digitalización les convierta en gente sedentaria y falta de ideas propias…. Porque, tal como hemos visto en clase, la experiencia del cliente no dura hasta el procedimiento del cobro, no, dura hasta que se haga efectivo el uso o disfrute del producto y el cliente pueda seguir valorando la calidad de esa experiencia hasta el final.
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La primera idea que puede extraerse de la lectura de dicho texto es la de diferenciar el IoT (internet de las cosas) como unos dispositivos individuales e inteligentes. Y que el internet de las experiencias representa un escalón más en estos dispositivos de computación interrelacionados digitalmente y que ponen en común personas, lugares, objetos, etc.
Parece que hemos pasado de una fase primaria de internet a una fase superior en que lo fundamental sea conseguir el mejor provecho para el usuario y que a su vez va a constituir la base de la economía de las experiencias. Un ejemplo muy significativo de la experiencia personal es lo que recogen compañías como Amazon y Netflix, ya que saber lo que le puede gustar a sus respectivos clientes tienen en cuenta las recomendaciones hechas en sus selecciones anteriores de productos como libros o películas.
Todo esto hace que estos datos que se comparten en la red vayan transformando los gustos y aficiones de los diferentes usuarios con lo que estamos consiguiendo un acercamiento más individual a cada cliente y al mismo tiempo le damos herramientas para ayudarles a conseguir sus fines (objetivos, consejos, etc.). Es lo que J. Pine nos describe en su “Economía de las experiencias” ya que gracias a esta personalización, internet de las experiencias nos acerca mucho más a los usuarios – consumidores a una respuesta individual de cada cliente.
Cabe destacar como un avance importante lo referido a la domótica, y en ese sentido destacar los termostatos de Nest, en cuanto que pueden enviar alertas, apagar sistema calefacción si detecta humo, etc. A su vez este termostato inteligente de Nest detecta las preferencias personales y cotidianas de un usuario y se adapta a las mismas, todo ello para lograr que su funcionamiento (la experiencia) satisfaga al cliente.
Bajo mi punto de vista, lo más llamativo de este artículo es el impulso y avance tecnológico que va a producir en el campo de la medicina. Por ejemplo: el podómetro “Pulse Ox” que detecta los niveles de oxígeno en sangre. Sin olvidar las mejoras en software de Tesla Motors como: advertencia sobre colisiones y capacidad para evitarlas, frenado automático de emergencia, detección de las estaciones de carga, consejos de viaje, etc.
Parece que la ciencia ficción que vemos en las películas no dista tanto de la realidad. Coincido también con la idea de J. Pine de considerar al cliente la pieza básica y central y que a su vez estos crean experiencias fundamentales, en el contexto del internet de las experiencias.
Por último, se observa que hasta en las propias cadenas de alimentación quieren entrar en esta competición para que conociendo los gustos y opiniones del cliente puedan ofrecerles unos productos acordes a sus gustos o necesidades.
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